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“No sé si habrá un pez gordo tratando de tapar esto”, dijo a El Submarino Juan Aramayo, el padre de Romina, la joven violada y asesinada a golpes en Libertador Gral. San Martín hace ya casi dos meses. Aún no hay detenidos, y la familia planea una marcha para darle al caso proyección nacional.
A causa de la imposición del secreto de sumario por parte del fiscal Carlos Farfán, no es posible conocer el curso de las investigaciones. Sin embargo, Aramayo considera que las pistas que hay “son contundentes”, que tendría que haber al menos un sospechoso detenido.
Sin embargo, pasaron casi dos meses desde el 10 de abril, el día que encontraron el cuerpo de Romina, y no hay novedades. “En otros casos, a los diez días a más tardar ya hay sospechosos. No sé si acá habrá un pez gordo tratando de tapar esto”, asegura Aramayo, quien llama la atención sobre el hecho de que en el lugar donde encontraron a su hija hay cámaras de seguridad.
El hombre afirma además que Romina “se comportaba como alguien amenazado” y que había recibido llamadas intimidantes los días anteriores a su desaparición.
“La familia no tiene paz. Queremos ver tras las rejas al asesino que dejó a una niña sin madre”, dijo, y adelantó que están organizando una marcha para pedir que avance la investigación. “Queremos que sea multitudinaria para que repercuta en los medios nacionales; le pido a toda la gente y a los medios que nos apoyen, por favor. Para que no haya otro caso como el de mi hija”.
