Ramón Rioseco llega a las elecciones con el apoyo de CFK.

Toda la atención sobre Neuquén, que inaugura las elecciones generales del año

Este domingo se realiza la primera elección de gobernador de 2019, que podría impactar de lleno en el escenario nacional y en la campaña presidencial. Es en Neuquén donde los principales candidatos son el actual mandatario, Omar Gutiérrez, del Movimiento Popular Neuquino (MPN), su principal adversario Ramón Rioseco, exintendente de Cutral Co y referente de sectores peronistas y kirchneristas, y el intendente de la capital, el radical Horacio «Pechi» Quiroga, de Cambiemos, que en los últimos días tomó distancia del gobierno nacional.

Gutiérrez busca su reelección y la continuidad del sistema de poder armado por el MPN, que gobierna la provincia desde 1962.

Todas las miradas están puestas en Rioseco, que podría dar una sorpresa no solo a nivel local sino con proyección nacional, ya que es el primer examen de un armado de unidad que se referencia a Cristina Fernández de Kirchner.

Pese a no contar con chances de acceder a la gobernación, otro actor clave de la elección es el exgobernador Jorge Sobisch, quien abandonó el MPN para presentarse como candidato de la Democracia Cristiana, con una impronta bolsonarista y bajo el lema «se acaba la joda».

Si bien se trata de una provincia que apenas supera el 1,5 por ciento del padrón nacional (493.760 electores están habilitados para votar), otros factores llevan a concentrar la atención nacional en el distrito: el peso simbólico de ser la primera provincia en elegir gobernador (en La Pampa sólo se habían realizado internas), los actores políticos involucrados, el grado de incertidumbre sobre el ganador y las derivaciones nacionales que podrían abrirse tras el resultado.

El escenario electoral aparece similar al de 2015, con Gutiérrez, Rioseco y Quiroga como principales candidatos. En aquel momento, el MPN obtuvo unos 9 puntos de ventaja sobre el segundo, Rioseco. Terminaron 40,6 a 31,2. Quiroga se colocó más lejos con el 20,9 por ciento. Fue el resultado más bajo del MPN de sus 57 años de hegemonía.

Como ocurre con la mayoría de los líderes de partidos provinciales, uno de los ejes de la campaña de Gutiérrez fue la desnacionalización de la elección y la defensa de los intereses locales frente a los «extranjeros». «Estamos dialogando sobre la única propuesta genuinamente neuquina, la que busca seguir cuidándote a vos y a tu familia, pensando en tu futuro y el de la provincia», decía Gutiérrez en sus últimas declaraciones antes de la veda electoral. En la misma línea, durante su cierre de campaña advirtió que «la llave de Neuquén la tenemos los neuquinos». El slogan, repetido en afiches y carteles fue «Sigamos Juntos».

Rioseco prefirió poner el foco en la crisis económica, en una provincia que tiene a los recursos energéticos, en especial Vaca Muerta, como su principal activo. Su mensaje se inserta en la idea de una provincia con grandes recursos, pero cuya riqueza no queda para los neuquinos sino para los grandes capitales.

«Este pueblo neuquino va a ser el que ponga el primer grito en contra del ajuste, votando en contra de Macri y de Gutiérrez. Éste es el sueño de muchos neuquinxs, tras vivir momentos de angustias, desocupación y tarifazos. Acá el domingo comienza una nueva historia para Neuquén», aseguró durante el último acto electoral. «Se viene otro Neuquén», se repetía en los carteles y las redes sociales.

El ex intendente, presentado como «piquetero K» por los medios afines al PRO, fue uno de los que llevó adelante durante los 90 las primeras protestas con cortes de ruta. Su compañero de fórmula es el diputado nacional del Frente para la Victoria Darío Martínez. La alquimia fue diseñada como parte de la estrategia de unidad impulsada por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Fuentes del kirchnerismo remarcaban que la participación de la líder de Unidad Ciudadana en la campaña local fue especialmente pensada. No viajó a la provincia pero se mostró junto a Rioseco en el Instituto Patria en las últimas semanas. Además, prestó su voz para la realización de un spot de campaña que se difundió la semana pasada. Un articulador de esa estrategia fue el ex secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, que ayer salía de su oficina en el centro neuquino para terminar la logística del día de la votación.

con Página/12

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