Unir, pero no amontonar

Por Javier Bach Bilbao. El próximo 27 de abril se cumplirán 18 años de las elecciones presidenciales en las que el peronismo se presentó fragmentado en el contexto de una profunda crisis económica y social, luego del estallido del plan de convertibilidad un par de años antes, y la huida en helicóptero del expresidente, Fernando de la Rúa, con su luctuoso saldo de 39 muertos en todo el país durante las fatídicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.

El aniversario referido fue una consecuencia del fracaso en el gobierno de la Alianza, hegemonizada por el radicalismo. Un breve repaso del gabinete que acompañó al presidente en aquella oportunidad, nos trae a la memoria al actual gobernador de la Provincia de Jujuy, Gerardo Morales, quien se desempeñaba como viceministro de Desarrollo Social de la Nación.

Ya en el año 2003 se llamó a elecciones de manera anticipada, luego de los asesinatos de los compañeros Kosteki y Santillán. En aquella contienda electoral, desde el Partido Justicialista se autorizó la presentación de tres fórmulas: Carlos Saúl Menem/Juan Carlos Romero (24,4%), Néstor Carlos Kirchner/Daniel Osvaldo Scioli (22,2%) y Adolfo Rodríguez Saa/Melchor Posse (13,4%), alcanzando el 60% de los votos válidos emitidos.

Quien esto escribe, siempre considera oportuno contextualizar las épocas y sus protagonistas. Esto viene a cuento ya que en el cronograma electoral fijado con el adelantamiento de las elecciones legislativas (diputados provinciales, concejales y comisionados) para el próximo 27 de junio, en pleno invierno y atravesado por la pandemia del Covid-19, se estableció que el martes próximo vence el plazo para la presentación de los diferentes frentes electorales.

Desde la experiencia que se vivió en Jujuy en octubre 2019, donde el Frente de Todos logró el triunfo obteniendo dos diputados nacionales, la sociedad jujeña expresó el hartazgo de la conducción provincial, el masivo apoyo a la fórmula de Alberto y Cristina, y la expectativa depositada en la posibilidad de consolidar un proyecto de provincia diferente. Es lo que dijimos los jujeños cuando votamos en aquella oportunidad, devolviéndole por primera vez desde el año 2013 un triunfo al peronismo.

Pero desde entonces hemos advertido que el presidente del Partido Justicialista, Rubén Rivarola, sigue reproduciendo sus prácticas coercitivas y de “ablande” sobre dirigentes y militantes, esgrimiendo que él y sólo él es el responsable de constituir el frente electoral y sus candidatos.

De esa forma, prometiendo candidaturas que no serán, rompiendo acuerdos y dividiendo la base electoral peronista, embauca a dirigentes solamente para concentrar más su poder, y seguir negociando con Morales. Por eso regala listas colectoras de concejales en todas las localidades, garantizando en esa separación la gobernabilidad a los intendentes radicales, a cambio de migajas para los compañeros y millones para sus empresas.

No trepida en intervenir en muchas de las localidades de nuestro interior provincial, enemistando a la militancia y a las dirigencias de base con promesas de candidaturas en la lista de diputados provinciales que difícilmente cumplirá, ya que los nombres están puestos y son los mismos de siempre.

Así, seguirá cuidando y acrecentando su vínculo empresarial con Gerardo Morales, haciendo cada vez más fructífera su “comunidad de negocios”.

Claro está que para aquellos compañeros y compañeras que se abstienen de sus convites envenenados, se les pretende clausurar todo espacio de diálogo. Y es en este preciso momento cuando el verdadero carácter de Rivarola se expresa sin filtros, arrogándose una prepotencia que lo sigue alejando del pueblo.

El espacio del Frente de Todos se construye con todos y todas, respetando a los dirigentes que denuncian en el Congreso Nacional de qué hablamos cuando se dice que “Jujuy es el laboratorio del lawfare y de la autocracia”, donde se pretende parir al candidato de la derecha vernácula que haría sonrojar a los mismísimos Donald o Jair.

Son esos compañeros la esperanza de un cambio profundo en la estructura de poder de Jujuy, esos que hoy tienen la responsabilidad de transformar sus denuncias en los recintos en una propuesta que nos contenga y refleje la construcción territorial real del peronismo jujeño, proyectando un escenario en el que realmente nos representen.

A siete días de la presentación del Frente de Todos debemos asumir también nuestra responsabilidad colectiva e individual para ser capaces de oponer a los “socios de la decadencia” una alternativa esperanzadora que reivindique la pertenencia al gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, quienes son permanentemente hostigados desde la prensa y la corporación judicial en medio de la mayor tragedia que registra la humanidad contemporánea.

Por ello surge preguntarse, hasta dónde es necesaria la unidad ? Entre quienes ?. Y sobre todo, para qué?

¿Puede ser el arquitecto de la unidad el director del diario que castiga cotidianamente desde sus primeras planas la mayoría de las iniciativas del gobierno de Alberto y Cristina?

¿Cuándo dejará de dar lugar a las operaciones de desprestigio contra aquellos dirigentes que se han atrevido a cuestionarlo?

¿Cómo es posible que no tenga nada que decir sobre las causas judiciales armadas contra compañeras y compañeros?

Sabemos varias de las respuestas posibles a estos interrogantes.

Está en nuestras manos construir un Frente de Todos sin exclusiones, que sea la verdadera oposición para terminar con el gobierno autoritario y endeudador de Gerardo Morales.

Jujuy y los jujeños nos lo merecemos.

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