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Karen Antonela Reinozo tenía 17 años cuando en diciembre de 2020 le contó a su familia que estaba siendo abusada sexualmente por su padrastro. La mamá hizo la denuncia en la policía pero no hubo ninguna respuesta, ni de parte de la justicia ni del estado provincial. Dos meses después, hace hoy exactamente un año, Karen se quitaba la vida en el baño de su casa.
«Como muchos saben, ella lamentablemente murió por suicidio inducido a raíz de abusos y manipulaciones por parte de quien era nuestro padrastro en esos momentos», escribió en sus redes la hermana de Karen, Yamila Reinozo.
En diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5), la otra hermana, Romina, relató: «Nos enteramos de que había sido abusada en diciembre de 2020. Nos enteramos por ella. Llevaba bastante tiempo siendo abusada».
Hicieron la denuncia, pero no recibieron respuesta de la policía ni de la justicia ni de ningún organismo. «No tuvimos ninguna ayuda. Ni hicieron cámara Gesell, cuando en ese momento mi hermana tenía 17 años. Cajonearon la denuncia», remarcó Romina.
A los dos meses, Karen se quitó la vida en el baño de su casa. «Fue un domingo. El lunes mi mamá va a hacer la denuncia y recién ahí lo apresan al abusador», completó. Entre la primera denuncia y la muerte de Karen, el hombre mantuvo amenazadas a las tres mujeres.
Ariel Arnaldo Ruiz se llama el abusador, que permanece detenido, acusado del delito de «abuso sexual con acceso carnal agravado por convivencia y por ser menor de 18 años». No obstante, se espera que en las próximas horas el fiscal especializado en violencia de género Alejandro Bosatti cambie la imputación, según precisó a El Submarino Radio el abogado que representa a la familia de Karen, Martín Gutiérrez.
En la causa también está imputado personal policial de la seccional de Azopardo, donde la madre de Karen hizo la denuncia del abuso.
Martín Gutiérrez
«Esta mañana tuvimos una reunión con el fiscal. La causa está avanzada, ya llegó un estudio que se requirió hace más de tres meses, y el fiscal ya dictó la prisión preventiva. Ahora, viendo otras pruebas, va a cambiar la carátula», detalló el abogado, aunque no adelantó cuál sería la nueva imputación.
Sí explicó que desde la querella van a pedir para Ruiz la pena máxima, es decir, prisión perpetua. «Queremos una pena ejemplificadora para que no vuelva a pasar algo así; porque ella se suicidó a consecuencia del abuso», indicó Gutiérrez.
El letrado reveló que Ruiz además ejercía violencia contra la madre de Karen. Esto, sumado a las amenazas hacia toda la familia, aumenta la preocupación por la posible liberación de Ruiz. De hecho, su defensa presentó ya dos pedidos de cese de detención que fueron rechazados por el fiscal.
«No queremos que esté afuera», reclamó Romina Reinozo, y advirtió: «El abuso tiene que tener pena máxima porque trae consecuencias. Yo me quedé sin mi hermana, ella no va a volver, pero hay gente que sufre depresión y un montón de otras cosas».
Al referirse a la inacción de la policía, la justicia y las áreas de género del gobierno provincial, Romina reflexionó: «Quizás si nos hubiesen brindado ayuda psicológica, apoyo, contención, quizás mi hermana estuviese con vida hoy».
«No vino nadie. Estuvimos desamparadas, bajo su presión, su yugo. Nadie nos ayudó. Nos apoyamos entre nosotras. Mi hermana tenía días lindos en los que estaba contenta, pero se ve que por dentro estaba destruida. Ya no podía seguir», describió.
En diciembre de 2020, cuando la madre de Karen denunció el abuso, ya se había aprobado en Jujuy la Emergencia en materia de violencia de género a través de la Ley 6186, denominada Ley Iara en memoria de la adolescente asesinada en septiembre de ese año en Palpalá. La norma establece que el Consejo Provincial de la Mujer es el órgano responsable de prevenir y atender las situaciones de violencia. Prevé además una serie de mecanismos y protocolos de actuación para acompañar a las víctimas y sus familias. Sin embargo, el estado estuvo ausente tanto cuando se presentó la denuncia como luego del suicidio de Karen.
«Esa persona destruyó la familia. Sufrimos por la pérdida de mi hermana y también por mi otra hermana que tiene depresión, que sufrió el trauma de encontrar a Karen en el lugar del suicidio. Estamos destruidas», dijo Romina, y advirtió: «Pero nos plantamos fuerte porque queremos justicia, queremos que no pase más, que las chicas tengan la posibilidad de seguir adelante, cumplir sus sueños, viajar, lo que fuese».
