Por Giovana Martínez, José Chocobar, Carlos Aliaga de Libres del Sur El gobierno de Macri contrajo en el 2018 una enorme deuda de 45.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. Dicho préstamo estuvo claramente reñido con el estatuto de dicho organismo.
En primer lugar, por ser de una magnitud tal, que visiblemente nuestro país no podía afrontar en los plazos fijados. En segundo término, porque tenía una clara intencionalidad política: la reelección del ex presidente, impulsada por los EEUU.
Finalmente, porque los dólares recibidos se usaron para fugar capitales, como el propio Fondo ha dicho en su informe recientemente.
El gobierno nacional denunció eso desde el principio, incluso se abrieron investigaciones desde el BCRA que confirmaron el fraude. Sin embargo, en lugar de ir a tribunales internacionales a requerir una investigación, suspendiendo mientras tanto el pago de dicha deuda, lo que hizo fue continuar pagando intereses y capital de la misma. Lo que ha significado una forma concreta de ir dándole legalidad a la estafa macrista.
Ahora, peor aún. Acaba de anunciar el presidente que se ha llegado a un acuerdo con el FMI, aceptando la deuda, que será pagada hasta el 2024 con un nuevo préstamo. Lo que significa, en concreto, que se borrará el ilícito anterior, quedando una nueva deuda, esta vez “legal”, que pagaremos hasta el 2034.
A esto se le agrega que, más allá de lo que interesadamente diga el gobierno, lo cierto es que producto de dicho acuerdo tendremos un nuevo ajuste económico que recaerá sobre los que menos tienen, como siempre; en un país plagado de pobreza, desocupación e informalidad laboral.
A lo que se suma la vulneración a nuestra soberanía política que significa tener a los funcionarios del FMI, cada tres meses, monitoreando si nuestro gobierno hace los deberes.
Este acuerdo que ha anunciado el gobierno nacional, por ley debe pasar por el Congreso. Es decir, que en última instancia la responsabilidad de sus consecuencias recae en ustedes.
No acepten legitimar una estafa a la nación. No acepten que la mayoría de los argentinos y argentinas paguen con sudor y lágrimas un dinero que se llevaron bancos, grandes empresas y ricos. Defiendan la patria, a la que le están por poner una pesada piedra sobre su futuro.