Desaparición de María Cash: Imputan a un camionero por homicidio calificado por alevosía

Héctor Romero, el hombre que tuvo el último contacto conocido con María Cash, la diseñadora que desapareció el 8 de julio de 2011 en Salta, fue detenido e imputado por homicidio calificado por alevosía. Ante la grave imputación, surgida de serias contradicciones y numerosas evidencias aportadas desde la fiscalía, el acusado pidió declarar e intentó aclarar sus dichos, pero incurrió en más incongruencias.

El fiscal Eduardo Villalba, ante el requerimiento de los medios de prensa, confirmó la hipótesis presentada contra el camionero. “Todo indica que Romero le quitó la vida a María Cash e hizo desaparecer el cuerpo. Pediremos un rastrillaje por la zona”, afirmó. Y agregó que esta imputación deriva de un cúmulo de evidencias objetivas minuciosamente analizadas.

La audiencia

Este miércoles, en una audiencia que se extendió por dos horas, la jueza Federal de Garantías N°2 de Salta, Mariela Giménez, formalizó la imputación requerida por Villalba en contra de Héctor Romero por el delito de homicidio calificado por alevosía, en el marco de la causa penal que investiga la desaparición de María Cash.

Romero -detenido en la casa de un familiar, en la zona norte de la capital salteña- se declaró inocente y negó la imputación en su contra. La audiencia se celebró en el Juzgado, bajo la dirección de la jueza y con intervención de la secretaría penal, Jaqueline Murga, el fiscal general, Eduardo Villalba, la auxiliar fiscal, Florencia Altamirano y Analía Vergara.

El hombre manejaba un camión Mercedes Benz con acoplado para un empresario que posee un supermercado en la ciudad de Gral. Güemes y otro en la localidad de Joaquín V. González, en la zona sur de la provincia. En función de ello, su ruta de trabajo se dividía entre la capital salteña y estas dos localidades, a donde llevaba mercadería.

Las contradicciones

Iniciada la audiencia, la cual se llevó bajo las reglas del sistema mixto, Romero fue notificado de la acusación, tras lo cual expresó que no iba a declarar. En seguida, la jueza dio paso a que la fiscalía amplíe las pruebas colectadas y que ponen en duda tres dichos que el camionero dio respecto a su contacto con la joven diseñadora.

A medida que eran enumeradas las contradicciones, el imputado habló con su abogado, que pidió un cuarto intermedio, tras lo cual anunció que su cliente había decidido revertir su postura y declarar para responder a las pruebas dadas a conocer.

La situación de Romero quedó comprometida debido a que durante la investigación dio tres versiones distintas del encuentro que tuvo con Cash. En su primera alusión a la joven, el 14 de julio de 2011, sostuvo que su encuentro con ella fue a la altura de la rotonda previo al ingreso a la ciudad de Güemes.

Indicó que la levantó y la trasladó hasta la finca denominada El Estanque, sobre la ruta 9/34 que conduce al sur del país. El 28 de julio de ese mismo año, sin embargo, cambió su versión y situó el encuentro en el paraje Palomitas, sobre la misma ruta.

Ocho años más tarde, el 28 de agosto 2019, volvió a cambiar el lugar de encuentro y aseguró que dejó a Cash en la gruta de la Difunta Correa, también sobre la misma ruta.

Al referirse a estos tres destinos, el camionero solo se limitó a negar los dos primeros y mantuvo la versión de que dejó a la diseñadora unos metros antes de la gomería ubicada antes de la Difunta Correa.

Por otra parte, intentó aclarar otros aspectos, como la vestimenta de la joven, su aspecto y lo que hablaron durante el trayecto compartido, pero tampoco fue preciso. Menos aún cuando se le preguntó por qué su hermano, David Romero, quien declaró como testigo la semana pasada, dijo que si su hermano “se había mandado una macana, que se haga cargo”, en alusión a lo sucedido con Cash.

Al respecto, el imputado dijo desconocer las razones por las que su hermano dijo eso y aseguró que, pese a la trascendencia del caso, nunca habló del tema con ninguno de sus diez hermanos, ni en las reuniones familiares.

En otro tramo, se le consultó por las demoras en los viajes de ida y vuelta a Joaquín V. González el día en que desapareció la diseñadora, y los trayectos que realizó exactamente un mes después, los que se conocieron fruto de un análisis minucioso de impactos de antenas de telefonía celular. Romero adujo, sin ahondar, que fue por desperfectos del camión, una información que no surge de las declaraciones que dieron otros testigos de su entorno, en especial del trabajo y entre ellos su hermano.

De esta manera, y a medida que las contradicciones e incongruencias se sucedían, Romero finalmente cambió su postura y se limitó a repetir una y otra vez que es “totalmente inocente”, que no le hizo nada malo a Cash y que, si supiera algo de lo sucedido con ella, lo “diría”.

Ante esta insistencia, la jueza dio por cerrada la audiencia y ordenó que Romero siga detenido con prisión preventiva.

Cientos de datos

Las pruebas reunidas en torno al caso fueron recolectadas por la fiscalía tras años de una ardua labor, que incluyó descartar uno a uno más de 400 avistamientos de Cash y otros datos falsos que desviaron la investigación, hasta que finalmente Romero fue investigado como principal sospechoso.

De esa tarea participó personal de Gendarmería Nacional y de la Unidad de Investigadores especializados en análisis de Causas complejas pertenecientes al Cuerpo Especializado de Investigadores (CEI), bajo la dirección de la Unidad Fiscal Salta.

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