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Situación crítica en la UNJu: Reducen ingresos y achican espacios de funcionamiento 

La Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) estará presente el martes en la marcha federal en defensa de la universidad pública, convocada a nivel nacional ante los recortes presupuestarios dispuestos por el gobierno de Javier Milei. En diálogo con El Submarino Radio (FM Conectar 91.5) la vicerrectora dela UNJu, Liliana Bergesio, describió la situación en la casa de estudios como «muy crítica» y detalló las decisiones tomadas por el Consejo Superior para hacer frente a la crisis.

«La situación es muy crítica, como la de todas las instituciones de educación superior de todo el país», definió Bergesio, y explicó la cuestión presupuestaria del sector: «Todas las instituciones universitarias tenemos el presupuesto congelado al año 2023. Pero ya en el 2023, todas las instituciones que dependen del gobierno nacional trabajamos con el presupuesto 2022 porque en el Congreso no se aprobó el presupuesto 2023».

En este punto, precisó que «lo que se llama el presupuesto consolidado, que congeló el gobierno de Javier Milei, es en términos fácticos, el presupuesto de 2022».

«Estamos trabajando casi con un tercio de lo que deberíamos trabajar», indicó, y amplió: «Si pensamos que estamos transitando una inflación anual que en promedio está cerca del 130, 150%, entonces el presupuesto de todas las universidades y las instituciones de educación superior que dependen del gobierno nacional, tenemos un atraso presupuestario del 300%, lo cual es muchísimo».

El achicamiento

Como en el resto de las universidades, en la UNJu se tomaron algunas decisiones para enfrentar la situación. En marzo pasado, el Consejo Superior declaró la emergencia financiera y edilicia.

Así es como, por ejemplo, se dejó de alquilar varios edificios «que eran absolutamente necesarios, como de institutos de investigación», reveló Bergesio. Una de esas locaciones es el edificio histórico que está sobre la calle Gorriti, frente a la Plaza Belgrano, donde la universidad tenía proyectado un reacondicionamiento. «Sin fondos para arreglar las cuestiones edilicias básicas, lo estamos habilitando para distintas actividades», detalló.

Por otro lado, lugares en los que hasta ahora funcionaban tres institutos de investigación, con siete u ocho espacios, ahora tienen que compartir solo tres o cuatro espacios.

Otra decisión tomada en la UNJu es la de reducir la población estudiantil limitando las inscripciones de nuevas cohortes, como ocurre con las escuelas de minas de Palma Sola, Yuto y Susques. «Son escuelas en las que no tenemos el ciclo completo hasta quinto año, a diferencia de lo que sucede en San Salvador de Jujuy y La Quiaca. Lo que hicimos es no llamar a nuevas inscripciones para poder ir garantizando la culminación de los estudiantes que ya están. Esperamos poder cumplir con eso, por lo menos», indicó la vicerrectora.

También se redujeron los ingresos en la carrera de abogacía. «El año pasado, en el segundo semestre, abrimos la primera cohorte de la carrera, y este año teníamos previsto abrir una segunda cohorte en el primer semestre. Pero lo hemos suspendido. Recién vamos a abrir la segunda cohorte en el segundo semestre», detalló.

«Estamos haciendo reajustes en muchísimas áreas. Estos son solo algunos ejemplos básicos -relató Bergesio-. Hemos recortado los viajes, las salidas, tanto a congresos como actividades, dejando solo las estrictamente imprescindibles. Hay lugares a los que hay que ir, sobre todo el rector, y en muchos casos me toca a mí, precisamente para gestionar fondos, proyectar actividades».

Mientras tanto, se define la reducción de gastos corrientes. «Es lo que nos está pasando a todos los argentinos y argentinas, que en las casas estamos con muy serios problemas para pagar los servicios básicos, la luz, el agua, internet, el gas», planteó Bergesio.

«Algunas universidades están en una situación mucho más crítica, de cara al arribo del invierno, porque locaciones donde es imposible dar clases, como Tierra del Fuego o Río Gallegos, donde es inviable dar clases sin hay calefacción -continuó-. Nosotros con un invierno más benévolo, podemos hacer ahorros. Salvo en Susques, donde tenemos una de nuestras escuelas preuniversitarias, la Escuela de Minas, donde es imprescindible pensar en buenos sistemas de calefacción».

Obras suspendidas

Otro problema se presenta con las nuevas instalaciones proyectadas por la universidad, como es el caso de la construcción del Aulario 1 y 2 en la Manzana 1, donde están las facultades de Ingeniería. En una de esas obras, resta apenas completar el 30 por ciento. En otra, apenas el 10 por ciento. Al suspender el gobierno nacional suspendió toda la obra pública, no se pueden completar.

«Es mucho más costoso dejar el edificio sin terminar, porque la propia construcción se deteriora al estar paralizada, y nos va a salir más caro recuperarla que si la finalizáramos», señaló Bergesio, y explicó que la UNJu no tiene manera de resolver esta cuestión porque se trata de obras definidas de manera directa por Nación a través de la contratación de las empresas constructoras.

La vicerrectora aclaró que algo similar sucede con los salarios del personal docente: «Los fondos nunca llegan a la universidad, sino que son transferidos desde el gobierno nacional directamente a los docentes. Entonces, nosotros no podemos generar un fondo extra».

Las alternativas

Lo que sí puede hacer cada universidad es sellar acuerdos particulares para cubrir otras necesidades. En el área de investigación, por ejemplo, la UNJu está recurriendo a otros financiamientos que no dependen de Nación. También se realizan convenios con municipios que ceden espacios para las expansiones, como es el caso de la sede de San Pedro de Jujuy. «En algunos casos nos han donado edificios o terrenos, o las dos cosas, como en Abra Pampa, para que funcionemos como una expansión universitaria», apuntó.

En el caso de San Pedro de Jujuy, nosotros estamos funcionando en un lugar con acuerdo del municipio

«Lo que estamos haciendo, básicamente, es generando acuerdos. Ya veníamos trabajando así, no es algo que tuvimos que salir. Ahora estamos fortaleciendo esas posibilidades para sino mantener lo que tenemos y en algunos casos, inclusive, ampliar nueva oferta», describió.

Corte a proyectos

La vicerrectora explicó que no se trata solo del presupuesto universitario consolidado, como se lo conoce, sino que hay otros aspectos muy importantes que se deben tener en cuenta. «El público en general no tiene por qué saberlo, pero dentro del mundo universitario está lo que se llama los contratos programas, que forman parte de lo que las universidades necesitamos para crecer. Hoy están suspendidos», precisó.

Mientras que el presupuesto consolidado es lo que las universidades precisan para sostener el funcionamiento regular, los contratos programas consisten en propuestas surgidas de las autoridades de cada casa de estudios, que pueden ser de nuevos espacios o nuevas carreras. Cuando se aprueban, pasados uno o dos años, si esos contratos programas muestran su eficiencia, recién ahí se incorporan al presupuesto consolidado de cada universidad.

A pesar de todos los problemas, aclaró la profesora, la decisión inamovible es la de «hacer el esfuerzo para sostener la educación pública, gratuita, de calidad».

-Algunos alumnos contaban que en las clases están algo hacinados, por los problemas edilicios. 

-Eso es totalmente cierto. Yo soy docente hace más de 30 años. En el primer semestre doy clases de una materia en la que los propios estudiantes organizaron una pequeña comisión para colaborar con quienes dan los prácticos, tanto en la limpieza del aula, como en el traslado de bancos de un lugar a otro, buscando opciones mejores. Por eso agradecemos mucho el compromiso y el trabajo que hacen docentes, investigadores, estudiantes, porque la situación está muy lejos de ser ideal. Muy lejos.

‘Comunicado falaz’

-El gobierno nacional difundió una información que fue rechazada por el sector universitario, sobre un supuesto aumento del presupuesto. ¿Cómo es eso? 

-Ese comunicado es falaz. Decían que estaban aumentando un 70% el presupuesto universitario y que hubo un acuerdo. Esto es mentira. El gobierno nacional hizo una propuesta al Consejo Interuniversitario Nacional de un incremento inicial de un 70%, que se lo había hecho en marzo, y ahora propone otro 70%, pero en gastos operativos, que son los gastos diarios para pagar los servicios, la nafta de los vehículos. Pero representan solo un 10% del presupuesto universitario. Es sobre ese 10% que el Gobierno ahora ofrece un 140% de incremento. Por supuesto que nos viene bien, pero ahí tenemos un retraso del 300 por ciento. Y no estamos hablando nada del otro 90% del presupuesto universitario.

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