Argentina, a través del laboratorio mAbxience, fabricará al menos 150 millones de dosis de las vacunas del laboratorio británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que hoy anunció que mostró «una eficacia del 70%» en promedio en las pruebas de Fase III.
«La eficacia y seguridad de esta vacuna confirman que será muy efectiva contra el Covid-19 y que tendrá un impacto inmediato en esta emergencia de salud pública», afirmó el jefe ejecutivo de AstraZeneca, Pascal Soriot, en un comunicado, donde se precisó que de acuerdo a la cantidad de dosis aplicadas, la efectividad es de hasta 90%.
Con una media del 70%, actualmente esta vacuna, cuyos ensayos clínicos se realizan, entre otros países en Reino Unido y Brasil, es menos efectiva que la de Pfizer/BioNTech o Moderna, que afirmaron superar el 90%.
No obstante, tiene la gran ventaja de utilizar una tecnología más tradicional que la de sus dos competidores, lo que la hace menos costosa y más fácil de almacenar y transportar, ya que no necesita ser conservada a muy baja temperatura, consignó la agencia AFP.
La vacuna de Oxford (ChAdOx1 nCoV-19) está hecha de una versión debilitada de un virus del resfrío común (adenovirus), modificado genéticamente de manera que es imposible que crezca en los seres humanos.
Millones de dosis
El empresario argentino Hugo Sigman anunció a principios de noviembre que ya recibió un pedido para producir en el país al menos 150 millones de dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por la Universidad de Oxford, y que su valor rondará los 4 dólares.
Como accionista de @mAbxience me gustaría compartir algunas consideraciones: (abro hilo)
— Hugo Sigman (@HugoSigman) November 11, 2020
En su cuenta de Twitter, Sigman informó que su laboratorio, mAbxience, paralizó su producción habitual de medicamentos para dedicarse por completo a la producción de la vacuna que está desarrollando Oxford junto con una farmacéutica mexicana, y ya se encargó la fabricación de «un mínimo de 150 millones de dosis y un máximo de 250 millones», siempre que la vacuna «sea aprobada por las agencias regulatorias correspondientes, incluida la ANMAT».
«mAbxience se encargará de fabricar el principio activo (la materia prima) de la vacuna de Oxford AstraZeneca. Una vez concluido, el producto será entregado a AstraZeneca, que lo enviará a México, donde el laboratorio Liomont se ocupará de fraccionarlo y envasarlo. Desde allí, AstraZeneca distribuirá la vacuna de manera equitativa en América Latina (con excepción de Brasil, que llegó a un acuerdo por separado). El precio comprometido es de 4 dólares, sustancialmente menor al de las vacunas de otras compañías», dijo Sigman horas más tarde de que Rusia anunciara que la vacuna Sputnik V alcanzó 92% de efectividad.
Desde AstraZeneca se informó que los ensayos clínicos, en los que participan más de 24.000 personas de diversos grupos raciales y geográficos del Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, continuarán ahora su análisis final.
También se están llevando a cabo más ensayos en Estados Unidos, Kenia, Japón y la India, y esperan tener unos 60.000 participantes para fines de año, se indicó la Universidad de Oxford en su comunicado.
Cuatro vacunas
La vacuna contra el coronavirus del laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford, que tiene una eficacia promedio del 70%, según se anunció, se sumó a la de los laboratorios Moderna, Pfizer y la rusa Sputnik V, cuyas eficacias son superiores al 90 por ciento.
A través de un comunicado, el laboratorio británico anunció hoy que la efectividad de la vacuna se eleva al 90% en el grupo de personas a las que se les aplicó media dosis al principio y al mes una dosis completa; en tanto esta eficacia baja al 62% en una segunda muestra de personas que recibió una dosis completa al principio y otra igual a los 30 días.
Es decir que, en promedio, la eficacia es del 70%, según los resultados de la tercera fase, cuyos ensayos clínicos se realizan, entre otros países, en Reino Unido y Brasil, datos que la colocan por detrás de la eficacia superior al 90 por ciento de las vacunas de Pfizer y Moderna y la rusa Sputnik V.
Sin embargo, la vacuna de Oxford (ChAdOx1 nCoV-19) tiene como ventaja que utiliza una tecnología más tradicional que la de sus competidores, lo que la hace «más económica, con un costo de 3 euros por dosis y puede ser mantenía en la heladera entre dos y ocho grados centígrados, esto hará que sea más fácil de transportar y más fácil de llevar a países en vías de desarrollo», explicó Marta Cohen, especialista argentina en el Reino Unido.
En tanto, la vacuna Sputnik V desarrollada por el Centro Nacional de Investigación Gamaleya y la primera registrada en el mundo contra la Covid-19, demostró un 92 por ciento de eficacia, según los resultados preliminares del estudio de fase 3 y no registró «efectos adversos inesperados», informó el gobierno ruso el pasado 11 de noviembre.
La Sputnik V utiliza una tecnología denominada «vectores virales no replicante»; los vectores son virus que no tienen capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto son inocuos) y se utilizan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.
Esta vacuna es la única que utiliza dos adenovirus humanos como vectores, uno diferente en cada dosis que se dan intramuscularmente con diferencia de 21 días y según lo anunció el Gobierno argentino a principios de mes, el precio estimado por esquema (dos dosis) es de 19,95 dólares.
El 18 de noviembre la empresa estadounidense Pfizer anunció que su vacuna contra el coronavirus, elaborada junto a la farmacéutica alemana BioNTech, logró una efectividad del 95%, incluso en adultos mayores, un porcentaje superior al esperado y el mayor alcanzado hasta ahora de todos los proyectos en curso.
En tanto, la compañía estadounidense Moderna anunció que su vacuna contra el coronavirus desarrollada en colaboración con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (Niaid) de Estados Unidos, obtuvo una eficacia del 94,5% en análisis preliminares realizados a partir de 95 casos de Covid-19 en los ensayos clínicos de fase 3.
En el caso de Pfizer y Moderna, el investigador y docente Emilio Malchiodi explicó, en diálogo con Télam, que «se trata de una tecnología absolutamente novedosa para vacunas que lo que hace es utilizar nanopartículas para transportar el material genético del virus contra el cual se quiere inmunizar».
Con respecto a la temperatura de almacenamiento, el infectólogo e integrante del grupo de asesores del Gobierno nacional, Eduardo López, afirmó a Télam que «la vacuna de Moderna se puede mantener a 20 grados bajo cero durante seis meses y es estable entre 2 y 8 grados durante 30 días, según lo aseguró el director ejecutivo de la farmacéutica Stéphane Bancel, y lo reafirmó Juan Andrés, director de Operaciones Técnicas y Calidad» de la empresa.
López destacó que «la ventaja de Moderna es que es una vacuna que tiene más facilidad de distribución y logística que la de Pfizer» que necesita, por sus características, conservarse a 70 grados bajo cero hasta el momento de su aplicación.