Foto: Maximiliano Luna/Télam

Murió el adolescente baleado por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires

Lucas González, el futbolista de 17 años de las inferiores de Barracas Central que fue baleado en la cabeza por un efectivo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, murió esta tarde en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde se encontraba internado desde esta madrugada.

«Mataron a mi sobrino. Queremos pedir Justicia por Lucas. Lucas va a seguir en nuestros corazones y en los corazones de mucha gente», dijo Emanuel, tío del futbolista, en la puerta del centro asistencial.

El adolescente fue baleado en la cabeza por uno de los policías de la Ciudad que lo interceptaron cuando se trasladaba con tres amigos en un auto por el barrio porteño de Barracas. Su madre denunció que fue víctima de un caso de «gatillo fácil», que los efectivos «tiraron a matarlo» y que le «plantaron» un arma de fuego para simular un enfrentamiento.

Con profundo dolor, llanto y angustia, familiares, amigos y vecinos de Lucas participaban esta tarde de dos movilizaciones para pedir justicia. Los manifestantes se enteraron del fallecimiento del joven mientras participaban de ambas convocatorias. Una de las marchas se realizaba en el hospital El Cruce de Florencio Varela.

Foto: Maximiliano Luna/Télam

«Personal de la Policía de la Ciudad culpables», «Justicia por los pibes», «Que paguen los culpables, tenía toda una vida por delante, justicia por Lucas González» y «Basta de gatillo fácil» fueron algunos de los carteles que esta tarde llevaron los manifestantes pasadas las 17, cuando comenzó la marcha.

Cerca de las 17.45, los padres de Lucas fueron convocados por las autoridades del hospital y en ese momento les confirmaron que su hijo había fallecido como consecuencia de las lesiones que le provocaron los balazos.

«Es un caso de gatillo fácil, porque no pueden sacar un arma y dispararle a unos pibes. Tiraron a matármelo. Esa gente (por los policías) no está capacitada para andar con un arma», dijo Cintia en diálogo con Télam cuando su hijo estaba aún en estado crítico.

«No hay esperanza, no tiene signos vitales, está muy mal, hay que esperar, está en manos de Dios», manifestó desconsolada la madre de Lucas, que estaba internado en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Al mediodía, un parte médico describió que el chico permanecía en estado crítico, ventilado mecánicamente y con medidas de soporte vital.

En tanto, durante esta mañana los tres jóvenes amigos del baleado, que estaban el el auto con él y también fueron perseguidos por la policía, fueron liberados del instituto de menores Inchausti, informó a Télam la abogada que los representa, Lorena Blanco. La letrada añadió que en la causa no hay por el momento detenidos -ni civiles ni policiales-, que el expediente está caratulado aún como «averiguación de ilícito» y que los tres jóvenes serán citados a declarar en las próximas horas.

El relato de los hechos

El hecho ocurrió este miércoles a las 9.30 cuando, en circunstancias que aún son materia de investigación judicial, el adolescente y tres amigos se movilizaban en un Volkswagen Suran azul y, al detenerse en un kiosco situado sobre la calle Luzuriaga, de Barracas, fueron interceptados por efectivos de civil de la Comisaría Vecinal 4C quienes, según su versión, creyeron que iban a cometer un robo.

La policía dijo que los jóvenes se negaron a ser identificados, embistieron con el vehículo a dos efectivos y tras una persecución a los tiros que se extendió hasta el cruce de Alvarado y Perdriel, el futbolista fue hallado herido de dos tiros en la cabeza en el asiento del acompañante, dos de sus amigos fueron detenidos y un tercero escapó, aunque más tarde se presentó en sede policial con su madre y quedó aprehendido.

Lucas González

Esta mañana, Javier, padre del chico que manejaba la Suran, dijo a Télam que según le adelantaron en el juzgado de menores que tiene la causa, su hijo y los otros dos jóvenes «declararán como testigos en la causa en la que se investiga el accionar policial».

Ayer, tras conocerse el hecho por fuentes policiales, la primera información indicaba que a raíz del episodio dos policías resultaron heridos con politraumatismos leves al ser embestidos por los chicos cuando quisieron detenerlos porque supuestamente estaban armados.

Según la policía, en el auto de los chicos fue hallada una réplica de plástico de un arma, pero la mamá del adolescente herido dijo que nunca pudo haber sido vista por los agentes porque la hallaron en el baúl. «La encontraron recién a la noche, una réplica y en el baúl», dijo Cintia, al considerar que el arma fue «plantada».

Los familiares de los otros chicos detenidos también rechazaron la versión policial. Aseguraron que no habían cometido ningún delito y que acaban de salir de un entrenamiento, ya que se habían ido a probar a las divisiones inferiores de Barracas Central.

Investigación federal

Tres policías de la Policía de la Ciudad que participaron del episodio recibió dos tiros en la cabeza fueron apartados de las tareas operativas en la fuerza y se les inició un sumario administrativo. En un comunicado, el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, a través de la Oficina de Transparencia y Control Externo, confirmó que los tres efectivos fueron pasados a disponibilidad preventiva, hasta tanto determine la Justicia sus responsabilidades.

El Juzgado de Menores 4, a cargo del juez Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes y ordenó que todos los trabajos forenses fueran realizados por peritos de la Policía Federal Argentina (PFA).

Ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías que participaron en el hecho y que se les practiquen estudios de dermotest para determinar cuál de ellos efectuó disparos.

‘Tremendo cinismo’

La Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) cuestionó a la Policía de la Ciudad en el caso del adolescente de 17 años que fue baleado en la cabeza por efectivos de esa fuerza que se hallaban de civil, al asegurar que intentaron «disfrazar al asunto como un enfrentamiento» y que se trató de un episodio de «gatillo fácil».

«Ayer, mientras los carteles de tránsito lucían las felicitaciones de Horacio Rodríguez Larreta a su policía por cumplir 5 años, en Barracas, desde un auto sin identificación, efectivos de esa fuerza dispararon a cuatro chicos de 17 y 18 años. Uno (de ellos) se encuentra gravemente herido en el Hospital Penna con dos tiros en la cabeza. La policía intento disfrazar el asunto como un enfrentamiento, pero rápidamente esa versión fracasó», indicó el organismo en un comunicado difundido más temprano, cuando Lucas aún peleaba por su vida.

Correpi resaltó que «los amigos de Lucas que lograron sobrevivir contaron como ese coche los interceptó cuando volvían de un entrenamiento en el club Barracas Central y sin mediar palabra, comenzaron a dispararles».

«Horas después, la mamá contó en una nota a la Televisión Pública que desde la policía de la Ciudad se acercaron a ella para ‘pedirles disculpas’ y decirle que ‘había sido una equivocación’. Tremendo cinismo», criticó.

Además, la Coordinadora dijo que «el mismo día circularon imágenes de policías de la Ciudad disparando contra una persona a plena luz del día en una plaza» del barrio de Constitución y que le dieron once balazos e «hirieron a otra persona que pasaba por el lugar».

«Estas semanas hemos tenido que soportar, horas y horas de discursos pidiendo mano dura, ‘bala, bala y bala’ en las barriadas y hablando de ‘la seguridad'», señaló Correpi y concluyó: «Estos hechos que han cobrado visibilidad masivamente muestran de manera contundente que la inseguridad son ellos, es la policía con poder de fuego en las calles. Basta de gatillo fácil».

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