La justicia jujeña dispuso finalmente que los hijos de María Laura Domínguez regresen a Río Cuarto con su padre, quien deberá presentarse con ellos el viernes en sede judicial de esa ciudad cordobesa. La mujer también viaja, para poder ver a los niños ese día.
María Laura Domínguez es una jujeña de 40 años que se había instalado en Río Cuarto, Córdoba, donde estudió, se recibió y conoció a Germán Giordano, con quien tuvo dos hijos. Tras pasar por situaciones de violencia y presentar denuncias por maltrato, decidió volver a Jujuy, donde ganó un concurso para un cargo de psicóloga en el Hospital Gallardo de Palpalá.
En Córdoba se tramitaron tanto las denuncias de ella por maltrato y amenazas de muerte, como el reclamo de él por la tenencia de sus hijos.
A Giordano se le había impuesto una restricción: no podía acercarse a su exmujer ni a sus hijos. Sin embargo, la justicia cordobesa envió a Jujuy un exhorto ordenando que los pequeños, de 4 y 6 años, queden bajo la custodia del padre. La justicia jujeña obedeció con celeridad, y así es como el hombre vuelve a Río Cuarto con los niños. El viernes próximo debe presentarse en tribunales. María Laura Domínguez, en tanto, decidió viajar ella también para poder ver a sus hijos. Su representante legal en Jujuy es la abogada Mariana Vargas, especializada en violencia de género y referente de colectivos de defensa de los derechos de la mujer.
Martín Busignani es el abogado que representa a Domínguez en Córdoba. En diálogo con El Submarino Radio (91.5), opinó que la justicia “no estuvo a la altura, porque la violencia de género está por arriba de cumplir un exhorto de manera fría y rápida”. A su entender, con esta medida “se da lugar a que un violento siga ejerciendo esa violencia”.
La historia de María Laura Domínguez y sus hijos es un ejemplo de cómo muchas veces la actuación del Poder Judicial se limita al cumplimiento de las reglas, sin contemplar la dimensión humana de cada situación.
Busignani relató: “Cuando ellos se separan, ella comienza a hacer su vida en Río Cuarto, con toda la ilusión de continuar una vida normal y que el padre pudiera visitar a los chicos. Pero el hombre intentó quitarle los niños, como parte del manejo violento que realizaba”.
La violencia no solo es física. María Laura trabajaba en un hospital de la ciudad “donde él tenía influencias”, comentó el abogado, hasta que Giordano “logró que ella renunciara, a causa del hostigamiento del que era objeto”.
“Ella no tenía familia allá, así que quedó aislada, sin trabajo, sola. Mientas ella trataba de subsistir, él la hostigaba, la agredía, y llegó a amenazarla de muerte dos veces”, continuó Busignani. Esos hechos motivaron más de una denuncia por violencia en la justicia cordobesa.
A principios de este año, María Laura ganó un concurso para trabajar en el hospital Gallardo de Palpalá y le pidió permiso a la justicia de Río Cuarto para mudarse con sus hijos, en el marco de las denuncias que ya había presentado.
“Comienza a tramitarse ese pedido, y en un momento él la vuelve a amenazar de muerte y ella para cuidar su vida decide irse a Jujuy, donde además de la posibilidad laboral, estaban sus familiares y amigos”, contó el abogado.
Entonces Giordano pide en tribunales de Río Cuarto la restitución de los niños. Se la otorgan, pero Busignani presenta una apelación y el trámite pasa a la Cámara. “La restitución está en estado de apelación, pero la jueza dijo que no tiene efecto suspensivo, entonces se le dio curso a la orden de restitución”, explicó.
El trámite judicial llegó hasta este miércoles, cuando llega a Jujuy el exhorto de restitución, viaja Giordano y la justicia jujeña decide obedecer de inmediato, otorgándole al hombre el permiso para viajar a Río Cuarto con los niños.
Para el letrado, si bien es ineludible que los jueces de Jujuy respeten la orden de Río Cuarto, había margen para esperar unos días, estudiar la situación, tomarse un tiempo y ver el contexto. “Él la ha ido arrinconando hasta el dolor total de arrancarle los chicos. Es una situación de violencia sutil. El hombre se ha tomado el trabajo de generar de a poco una situación, diciendo que ella es una loca, una histérica, para ir desgastándola, además de amenazarla de muerte dos veces”, señaló.
“Pero nada de esto fue tenido en cuenta. Estamos ante una situación clara de violencia de género, con un hombre que ha hostigado a una mujer, que la deja desvalida en Río Cuarto para que justamente ella no pudiera estar tranquila con sus hijos, hasta que ella prácticamente huye a Jujuy”, continuó.
Remarcó luego que en los escritos de la justicia de Río Cuarto, “no se dice que es una situación asimétrica, de violencia, con una mujer sometida a vejámenes, sino que se habla de una relación complicada o conflictiva, como si la amenaza de muerte no le llamara la atención a nadie”.
Archivo > El caso de Belén
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