Por Ali Rida Peralta Secretario General de la Organización para la Liberación Argentina.
Visiblemente nos adentramos en una sociedad a dos velocidades, la Argentina, buena parte de su gente, apuesta por los responsables de la entrega de nuestra soberania a manos de las corporaciones, por la desintegración social y la condena a la exclusión y la marginalidad de las grandes mayorías empobrecidas, la sumisión y el retraso desde el estadio colonial para la nación, eso en gran medida es lo que han dejado las primarias, una primer elección que encamina a la sociedad nacional, buena parte de ella, hacia un consenso del apartheid regional que busca el frente las oligarquías mundiales y los sectores parasitarios y antinacionales nativos.
Esta realidad nos pone ante algunas urgencias, saliendo al ruedo en defensa de la Soberanía Territorial Nacional, por su integridad, sosteniendo la «herencia», y buscando superar desde las fuerzas patrióticas y populares los límites que nos dejara la experiencia desarrollista reciente.
No me detendré aquí en la impronta que le impregna a esta etapa una militancia propia de la descomposición que atraviesa todo, política y socialmente expresada en los sectores del liberalismo más rancio pero tambien en el progresismo y la izquierda for expor que hemos sabido construir, el occidente moderno y senil expresado en la politiquería doméstica.
Frente a esto hay que darle sustancia a la unidad ciudadana, metiendo militancia en la reconstrucción del movimiento histórico, un verdadero frente para la victoria patriótica, teniendo para ello en nuestras perspectivas las tareas fundamentales en las que deben enmarcarse las alianzas y su conduccion estratégica e institucional, generando los esfuerzos necesarios para convocar a la contienda desde las tareas y objetivos del gran bloque nacional y popular, logrando responder con ofensiva en los distintos frentes en los que el enemigo ha venido ganando posiciones y asestando duros golpes.
Cierto es que con Macri de presidente, y las consecuencias sobre la nación y el conjunto del pueblo que genera el régimen, no habría ya lugar para políticas pendulares, de doble rasero, debería encaminarse sin medias tintas una única y efectiva oposición con lo más consecuente, yendo incluso a contramano del «ciudadano», los sectores medios mediatizados «bien pensantes» y su legitimación del apartheid y la abierta ocupación anglosionista-americana de nuestra patria.
Ante las urgencias la lucha ha de ser también meta política y cultural, dándole conducción de preminencia moral, con solides en principios y valores, a un reagrupamiento de fuerzas, buscando unificar a todos los sectores nacionales del trabajo y la producción para cumplir con la misión de nuestra época: liberar a nuestro país del imperialismo anglosionista-americano, liquidar las bases de la oligarquía y las corporaciones, lograr la segunda y definitiva independencia de nuestra patria.
Desde allí es que con la Organización para la Liberación Argentina promovemos el debate abierto y extendido en el conjunto del movimiento nacional y popular, para nosotros la unidad ciudadana y patriótica tiene dos tareas fundamentales por delante:
1- Redoblar los esfuerzos para alcanzar una victoria clara sobre el gobierno en las elecciones de octubre, fundamentalmente convocando a votar por Cristina Fernández de Kirchner en provincia de Buenos Aires y por la Unidad Ciudadana en cada lugar de nuestra patria, no solo por ser la compañera Cristina la única candidata opositora con posibilidades de lograrlo, sino por expresar su candidatura y la gran Unidad Ciudadana que la acompaña, la única fuerza en el país que con claridad pone en cuestión el rumbo neoliberal del gobierno.
Ninguna diferencia que se pudiera tener con el kirchnerismo y su rol en el futuro, debe poner en riesgo esta posibilidad: las fuerzas del campo nacional y popular, debemos convocar y ayudar a construir una derrota segura del gobierno y las corporaciones en octubre.
2-Abrir un profundo debate en el seno del movimiento popular respecto a la necesidad imperiosa de reconstruir el proyecto nacional, empujando la resistencia para que se vaya Macri y se convoque a un gobierno de emergencia y unidad que establezca las bases de un nuevo proyecto nacional, patriótico y social a través de 5 medidas fundamentales:
1-Apertura del diálogo político, social, productivo y cultural para un nuevo proyecto nacional.
2-Nacionalización del comercio exterior para recuperar la capacidad de planificar el desarrollo nacional.
3-Construcción de un Régimen Federal de Economía Popular de empresas testigo estatal-cooperativas para la integración social, fortalecer las economías regionales, combatir la inflación, los monopolios, la pobreza y el desempleo.
4-Nacionalización de las FFAA, de inteligencia y seguridad, para garantizar un sistema de defensa y seguridad interior acorde a las necesidades del país, libre de injerencias extranjeras y criminalidad, recuperando la soberanía, la justicia y los derechos de los ciudadanos.
5-Incorporar a las organizaciones de la sociedad civil, movimientos sociales e instituciones religiosas y culturales a la lucha activa contra el narcotráfico para desterritorializar este flagelo en el transcurso de un año.