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La estadía de Nicolás Trotta en Jujuy terminó este martes con una visita a Milagro Sala en su casa del barrio de Cuyaya, donde cumple prisión domiciliaria. Pero no se trató de un mero encuentro de cortesía sino que constituyó la oportunidad para que el ministro de Educación conociera algunos aspectos de la realidad de la provincia de primera mano, de parte de legisladoras, legisladores y referentes políticos y sindicales.
En la reunión estuvieron, las diputadas provinciales Débora Juárez Orieta y Alejandra Cejas, y su par Emanuel Martín Palmieri -enfrentados con la actual conducción del Partido Justicialista local-, además del economista Carlos Aramayo y el funcionario del PAMI-Jujuy Juan Manuel Esquivel, entre otros referentes políticos. Representantes de Docentes Autoconvocados y miembros de la Corriente Sindical Docente Marina Vilte, que no acuerdan con las conducciones de sus gremios, también fueron de la partida.
La visita a Sala fue la última de las actividades que realizó el ministro en Jujuy. Temprano estuvo con su par provincial Isolda Calsina y con el gobernador Gerardo Morales, y más tarde se reunió con el presidente del PJ, el diputado provincial Rubén Armando Rivarola, para cerrar la recorrida oficial en la UNJu acompañado por diputados justicialistas.
Ya en la casa de Milagro, las legisladoras y legisladores le expusieron el panorama social y político de la provincia. Uno de los temas que le detallaron es el de la falta de transparencia en el manejo de las cuentas públicas por parte de Gerardo Morales, sobre todo en relación a la toma de deuda y a los recursos enviados por Nación con diversos fines.
Esta cuestión se vinculó especialmente con el panorama educativo. «Morales ha endeudado a Jujuy en 307 millones de dólares bajo la excusa de construir y refaccionar escuelas y solo se ha licitado el 20% de lo presupuestado. Así los números no cierran. Estos endeudamientos sin control se pagan con la pérdida de salario real y el hambre del pueblo», refirió la diputada Cejas.
Trotta escuchó con atención y también con cierta sorpresa los reclamos de los docentes, que denunciaron el avasallamiento de sus derechos. Juan Manuel Esquivel, quien estuvo a cargo del área educativa de la Organización Tupac Amaru, relató que los educadores expusieron «la verdadera situación de la educación en Jujuy: sueldos de miseria, maltrato y violencia de parte la ministra Calsina, ninguna paritaria, pérdida de derechos y explotación laboral en el marco de la pandemia».
El mal estado de las escuelas fue otro de los temas, en particular de cara al anunciado regreso a la presencialidad, que el gobierno provincial prevé para el 17 de febrero.
Sobre la compleja situación financiera de la provincia se explayó Carlos Aramayo. Los referentes políticos explicaron al ministro sus diferencias con la conducción del PJ local y denunciaron una vez más la connivencia entre el justicialismo oficial, que representa Rivarola, y el gobierno de la provincia, lejos del pensamiento y el sentir del Frente de Todos a nivel nacional.
En este sentido, acusaron a Morales de tener la suma del poder público “gracias a la sociedad económica con el presidente del PJ jujeño”.
Además de regalarle a Sala un ejemplar de su libro sobre Pepe Mujica, Trotta reconoció su lucha social y su causa.
La dirigente social -que el sábado cumple 5 años privada de su libertad- ofició de anfitriona de la reunión. El ministro la escuchó atentamente cuando le habló sobre la ausencia de estado de derecho en Jujuy, el largamente denunciado acuerdo entre Rivarola y Morales, el altísimo endeudamiento provincial y los proyectos del gobierno a los que calificó como «mentirosos», en referencia a la planta solar de Cauchari, la explotación del litio y el ferrocarril.
