Matías Paredes recibió dos impactos de bala que le provocaron tres lesiones, según indicó el informe preliminar de autopsia. Los efectivos policiales que dispararon argumentaron que vieron un arma, escucharon un ruido y empezaron a tirar. Los familiares del joven debieron forcejear con la policía para retirar del auto el cuerpo sin vida de Matías.
El joven de 26 años fue asesinado a balazos por policías de civil en Mar del Plata, mientras que uno de sus dos sus amigos sufrió heridas. El caso generó tal conmoción que obligó al gobernador bonaerense Axel Kicillof a suspender el acto que tenía previsto este sábado en la ciudad costera.
Según la investigación, los efectivos de la Policía Bonaerense lo persiguieron en vehículos no identificables por la zona del barrio Bosque Grande.
Los policías ya fueron desafectados de la fuerza, están detenidos y a disposición de la Justicia, según informaron desde el Ministerio de Seguridad Bonaerense.
Paredes viajaba en un automóvil Fiat Palio con otros dos jóvenes, Emanuel Astete (25) y Cristian Pizarro Novas (27). Los policías pertenecientes a las comisarías 14, 15, 16 y Destacamento Camet lo hacían distribuidos en una camioneta Ford EcoSport y en un Volkswagen Bora.
Paredes recibió cuatro disparos, uno en la espalda, un roce en la cara, uno en el hombro derecho y otro en el brazo derecho. Murió en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) por la gravedad de las lesiones producidas por los proyectiles.
En la EcoSport viajaban Héctor Murray, policía de Estación Camet; Yancamil Masia, de la comisaría 14, y Emilio Flores, de la 15; mientras que en el Bora iban los policías Juan Manuel Molina y Julio Rufino Jerez, de la comisaría 16, que tiene jurisdicción en la zona.
Las cámaras de seguridad que están colocadas en las inmediaciones de las calles Polonia y Fortunato de la Plaza tomaron videos que servirán para reconstruir el caso. De acuerdo a las imágenes, todo comenzó a la 1.36 de la mañana cuando el auto en el que iban Paredes y sus amigos circulaba por Polonia. Ala altura de Tripulantes del Fournier, la Ford EcoSport se les colocó detrás.
Al llegar el rodado de los jóvenes al cruce de Polonia y Fortunato de la Plaza, el Bora salió de una estación de servicios y cruzó su paso. Según contaron los sobrevivientes, Astete, que conducía el Palio, asustado por no saber quiénes ni por qué los interceptaban, decidió doblar hacia Goñi. Al llegar a la 37 “fue interceptado por un patrullero”, de acuerdo a la versión que dio el fiscal Pellegrinelli en una rueda de prensa.
“Un Fiat Palio color rojo con tres jóvenes a bordo, es interceptado por dos vehículos no identificables, no venían en persecución, el auto intenta evadir, se bajan dos hombres del coche, que serían personal policial, disparando”, señaló el investigador al ser consultado acerca de lo que pudo ver en las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM).
Mientras Astete y Pizarro Novas escaparon corriendo (el primero sufrió heridas de postas de goma en la espalda y debió ser hospitalizado luego), Paredes quedó en el asiento de atrás y recibió varios disparos de arma de fuego. Sus allegados arribaron al lugar y lo trasladaron por sus propios medios al HIGA en una camioneta marca Toyota Hilux, que también aparece en los videos analizados. En el centro de salud se constató el deceso.
Polis sin identificación
El titular de la Policía Científica, Juan Manuel Lara, encabezó el rastrillaje hasta que el instructor decidió derivar las actuaciones a la Asesoría Pericial (dependiente del Poder Judicial) al corroborar que los homicidas eran policías de civil.
Sobre esto, Pellegrinelli señaló que “no es normal que (el auto) no tenga la chapa colocada; hay recomendaciones de al menos tener alguna mínima identificación para que la persona que es interceptada sepa que son personal policial”.
“Entendemos que debe haber existido algún intento del personal policial, sin indumentaria, de identificar el auto. Entiendo que seguramente el ocupante debió haber intentado evadir por razones obvias. Todo hace presumir que hay una breve interceptación, no es una llegada rápida del auto, es normal. Interpreto que los jóvenes pueden haber creído que los iban a robar”, añadió.
Durante este viernes se realiza el cotejo de las armas reglamentarias que fueron secuestradas. “Con eso y la autopsia vamos a determinar de dónde provinieron los disparos que le dieron muerte (a Paredes). Necesito hacer esa pericia para saber la pertenencia de esas armas. El cuerpo en principio presenta cuatro disparos, es lo que me dicen desde el HIGA”, concluyó.
Pedido de justicia
Matías, que trabajaba como albañil y era padre de una niña de tres años, llevaba puesta la camiseta de Alvarado. Por eso, su familia sospecha que lo confundieron con Cristian “El Guachín” Monje, el principal sospechoso del asesinato del kiosquero Cristian Velázquez, quien en ese momento estaba prófugo y luego fue arrestado.
«Mi hijo trabajaba todos los días para darle de comer a su hija. Lo único que pido es justicia, y la voy a hacer real. Aunque tenga que vender mi casa», expresó Horacio, el padre de Matías, quien además exigió que se les realicen análisis a los policías para detectar si consumieron drogas.
Horacio relató que tuvo que sacar el cuerpo sin vida de su hijo del auto. «Llamamos a la ambulancia y nunca llegó. Estaba Infantería y no me dejaban pasar. Me tuve que pelear con ellos, me tiraron un par de tiros, no me mataron de casualidad. Rompí el vidrio y lo saqué yo del auto», contó.
«Lo saqué del auto para llevarlo al hospital y tratar de salvarle la vida. Pero cuando lo saqué, ya estaba muerto. No me dejaban sacarlo del auto, tuve que pelear con la Policía para hacerlo», agregó.
Finalmente, señaló: «A mi señora una Policía la agarró de los pelos y la tiró al suelo. ¿Qué policía tenemos? Matan a la gente buena y a los malos no».
Qué dice la autopsia
Matías Paredes sufrió dos impactos de bala que le provocaron tres lesiones, según indicó el informe preliminar de autopsia que recibió el fiscal Pellegrinelli.
Según informó La Capital, de acuerdo a la autopsia una de las balas ingresó en la escápula izquierda, atravesó la clavícula y rozó el rostro, mientras que la otra lesión se distinguió en el tórax y causó el daño letal en Paredes. Los dos proyectiles llegaron en trayectoria de izquierda a derecha, lo que supone que los policías estaban de ese lado del vehículo donde iba la víctima.
En tanto, se indicó que, además del lugar en donde recibió los balazos Paredes, se menciona su trayectoria y se logró recuperar un pomo de calibre 9 milímetros, por lo cual, en conjunto con el análisis balístico sobre las cinco armas secuestradas se podrá determinar quién fue el autor de los disparos a partir de la posición que ocupaban los policías al momento de detener el auto en el que Paredes viajaba ocupando el asiento de atrás.
Por otro lado, en las próximas horas se van a cotejar las armas, en especial las Bersa Thunder del oficial principal Emilio Flores (conductor de la EcoSport) y del subteniente Juan Manuel Molina, ya que, se sospecha que de esas pistolas salieron los 7 disparos, aunque también se analizaran la Bersa Thunder 9 del oficial principal Javier Yancamil Macías, del sargento Julio Rufino Jerez y del también oficial principal Héctor Murray.
La versión de uno de los policías
La versión policial del suceso asegura que, cuando los efectivos bajaron a identificar a los ocupantes del Fiat Palio, uno de ellos «pareció» mostrar un arma y hacer una detonación. Este relato no se estaría confirmando por las imágenes captadas por las cámaras de seguridad.
Quien escribió el acta fue Juan Molina, encargado del gabinete técnico operativo de la comisaría 16 que, junto con el sargento Julio Rufino Gerez, estaba en la estación de servicio de Polonia y Fortunato de la Plaza en su auto particular Volkswagen Bora escuchando la radio policial y atentos a la orden de servicio por un operativo de prevención con orden de detención de Cristian Monje, el sindicado asesino del kiosquero Cristian Velázquez.
De acuerdo a la versión de Molina, escucharon por la frecuencia policial que una Ford EcoSport con personal policial venía siguiendo al Fiat Palio por considerarlo sospechoso. En su relato, el policía indicó que tenían el dato de que Monje iba a ser trasladado de noche a la ciudad de Miramar, por lo que decidieron sumarse a la interceptación.
“Detenidos en la playa de estacionamiento de la estación de servicio allí emplazada, observamos que el vehículo Palio descripto circulaba por Fortunato de la Plaza desde Brumana en dirección a Polonia, cruzamos nuestro automotor a fines de interceptarlo, descendiendo ambos, mientras que los efectivos que solicitaron la identificación detienen su camioneta EcoSport de color negra detrás del rodado”, se describió en un acta.
Luego se indicó en el documento: “Seguidamente nos identificamos como personal policial, observando desde la luneta a un masculino realizar ademanes con un arma tipo revólver color plateado y tras ello se escucha un fuerte estruendo. Acto seguido el rodado acelera con claras intenciones de fugarse del lugar y esquivando el automóvil en el que nos desplazamos. Tras haber escuchado la detonación mencionada, el suscripto (Molina) extrae el arma reglamentaria y procede a efectuar varias detonaciones, aproximadamente tres, como así el oficial principal Flores Emilio, el cual tenía colocado chaleco de transporte mismo reza inscripto POLICIA, consecuentemente, el rodado Fiat Palio, sale raudo en fuga, comenzando una persecución”.
El resto del acta se completa diciendo que persiguieron al Palio hasta que se detuvo, que pidieron una ambulancia para el herido y que empezó a llegar gente por lo que debieron retirarse. Además de Molina y Rufino Gerez están implicados en el procedimiento Héctor Murray, Yancamil Masia y Emilio Flores, de la decimoquinta, que ocupaban la Ford EcoSport.