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Chile: asume un obispo acusado de encubrir abusos a menores

barrosEl obispo Juan Barros, designado por el Papa Francisco a la cabeza de la diócesis sureña de Osorno, en Chile, pese a las acusaciones de haber encubierto abusos sexuales, asumirá mañana en una ceremonia que será boicoteada por la jerarquía católica chilena.

Barros, de 58 años, enfrenta un creciente rechazo de religiosos y laicos de su país por su cercanía al cura Fernando Karadima, quien fuera condenado por el Vaticano a una vida de penitencia y oración por abuso sexual de menores, un delito también confirmado por la justicia penal. Varias organizaciones se sorprendieron con el nombramiento de Barros.

Al rechazo a Barros se sumaron también víctimas de Karadima. Dos de ellas testimoniaron que Barros estuvo presente cuando Karadima manoseaba a menores de edad y los besaba cerca de los labios.

Barros, que el lunes negó haber presenciado abusos y declarándose defraudado por Karadima, no contará con la compañía de sus hermanos obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, que suelen asistir a estas ceremonias.

La última asunción de un obispo fue en la norteña Arica en enero pasado, cuando monseñor Moisés Atisha fue recibido en la catedral de la ciudad por más de 2000 personas, incluidos el cardenal, el arzobispo de Santiago y el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Ezzati.

El director de comunicaciones del arzobispado, Nicolás Ibieta, confirmó que Ezzati no estará presente mañana «pues estará participando en actividades pastorales con los laicos de la arquidiócesis, para las que ya había comprometido su asistencia».

Llamativamente, todos adujeron la misma causa: problemas de agenda. Lo mismo ocurrió con las autoridades civiles de Osorno. La CECh reiteró su «adhesión al Papa Francisco» y su «cercanía» con los sacerdotes, diáconos y laicos de la ciudad.

El administrador apostólico de Osorno, Fernando Chomalí, que el 6 de marzo se reunió con Francisco en Roma y le explicó el rechazo hacia Barros, dijo que el Papa «me dijo que había conversado largamente del tema con Juan Barros».

Varias organizaciones se sorprendieron con el nombramiento de Barros. Juan Carlos Claret, líder del movimiento laical de Osorno, anticipó que los laicos no entrarán a la Catedral y que se quedarán en las afueras vestidos de negro.

Dijo que algunos sacerdotes, que se supone le deben jurar obediencia al obispo, también se atreverán a ausentarse de la ceremonia. La Congregación Nacional de los Sagrados Corazones y la diócesis norteña de Iquique también rechazaron el nombramiento de Barros.

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