Jujuy es la continuidad de un macrismo fracasado

Por Comité Provincial del Partido Obrero Jujuy. Gerardo Morales asumió nuevamente la gobernación de la provincia, en un cuadro de crisis y con un gobierno que ha demostrado su fracaso. Morales decidió adelantar las elecciones para no ser arrastrado por el derrumbe general del macrismo, y logró “salvar las ropas” aunque perdió más de 52mil votos, cayendo del 58% al 43%. Esta tendencia se terminó de confirmar en las elecciones nacionales, donde el PJ se terminó por imponer frente al tándem de Cambia Jujuy.

Aunque durante todo su primer mandato, el gobierno se vio beneficiado por las relaciones excepcionales que mantenía con el ejecutivo nacional para solicitar recursos por encima del presupuesto, esto no sirvió para darle un impulso y reactivar la provincia; al contrario, el gobierno ha dejado la provincia al borde del default resultado de un altísimo endeudamiento en dólares y el fracaso de todos los anuncios de reactivación económica. Ha quedado de manifiesto así el agotamiento político y el fracaso  económico y social del gobierno.

Continuidad política de un macrismo ya fracasado

El gobierno sigue empecinado en repetir una agenda completamente agotada y que no pudo desarrollarse en la etapa de “auge” del macrismo: el planteo de la lluvia de inversiones y los brotes verdes culminó con decenas de fábricas y empresas cerrando sus persianas y dejando miles de trabajadores en la calle; el planteo de pobreza cero dejó al país con un 40% de pobres y con la necesidad de aplicar planes de ayuda alimentaria del que todavía no se rinde cuentas ni se evalúa su desenvolvimiento, como el Plan Jujuy Asiste y Reactiva; la dilapidación de los recursos del Plan Belgrano y la ausencia de obras de infraestructura anunciadas, el desguace y criminal desenlace final del ingenio la Esperanza y el anuncio del tren a la Quiaca que nunca pasó de una puesta en escena.

No hay ningún  planteo que refleje un giro  político para revertir esta situación, y por el contrario insiste en un eje fracasado: que el gobernador es el garante de la paz en Jujuy. En realidad es su contrario: por la caída de todos los indicadores de las condiciones de vida de las masas, la situación en la provincia se está tornando insostenible por la propia política de Morales. Esto  sucede con la venia del PJ que ha fingido una posición timorata en la legislatura, mientras son el partido que dirige o influencia la mayoría de los gremios de la provincia, especialmente los gremios estatales; y desde allí han dejado caer el salario por el piso sistemáticamente, dándole vía libre para aplicar la principal variable de ajuste del gobierno

Recién luego de que el PJ ganara las elecciones nacionales, éste ha decidido tratar de condicionar, parcialmente, al ejecutivo. EL PJ trata de golpear para condicionar el poder político de Morales y conseguir algún  tipo de acuerdo de negocios. La estrechez de intereses refuerza el desafío de los trabajadores por el desarrollo de su propia alternativa política.

El escenario nacional es de un gobierno débil y condicionado que tendrá como primera y fundamental medida la reestructuración de la deuda. Morales deberá intentar tender puentes con un gobierno nacional al que fustigó incansablemente, no solo por los recursos de coparticipación (que cada vez escasean más), sino por la propia necesidad de reestructurar la propia deuda provincial.

Como vemos, ni para el gobierno nacional ni el provincial, la situación de los trabajadores, la garantía de los puestos de trabajo, la defensa del salario y las jubilaciones estarán en un primer plano.

Este segundo mandato de Morales será sustancialmente distinto a su primer mandato. No solo por el hecho elemental de que la experiencia de cuatro años de gobierno ya haya agotado toda su batería de promesas al punto de que su último discurso inaugural fue una repetición de planteos levantados desde 2015.

Este cuadro potenciará el choque con la clase obrera jujeña, quien ya ha demostrado su tendencia a la recomposición y predisposición a la lucha, como los mineros, los municipales, los choferes de colectivos y particularmente la docencia jujeña, quienes han roto el corset de las direcciones burocráticas y lograron imponerle al gobierno la suspensión transitoria de la grilla de calificaciones.

Por otro lado, la creciente confrontación de la población contra el conjunto de las instituciones del Estado, también pondrá a prueba su gobierno. En particular la lucha por los derechos de la mujer, que ha tenido en Jujuy grandes escenarios de lucha contra un gobierno que ha cerrado filas sistemáticamente con la iglesia, obligando a una niña embarazada producto de una violación a parir, las grandes movilizaciones por el derecho al aborto legal y la aplicación de la ESI científica laica y obligatoria en todas las instituciones educativas de la provincia, y la completa separación de la iglesia y el estado.

La agudización de la crisis capitalista mundial, signada por guerras monetarias, comerciales y militares, que acicatean fuertes crisis políticas y de régimen político; sumado al desarrollo y expansión de rebeliones populares en todo el mundo y sobre todo en nuestro continente; será el marco histórico sobre el cual Morales desarrollará un nuevo intento de continuismo político capitalista y oligárquico que ya ha dado sobradas muestras de su fracaso en la provincia. Esto no hará más que potenciar las terribles condiciones de vida de la masa jujeña, que se reflejan en las cifras de desocupación, el aumento de la miseria y el hambre, la precariedad laboral y de violencia hacia la mujer; el enorme déficit habitacional y la tendencia al colapso del sistema de salud y educación públicas.

La necesidad del desarrollo de una salida política de los trabajadores se pondrá nuevamente al orden del día, al calor de cada uno de los episodios de lucha en contra esta nueva experiencia de gobierno capitalista en la provincia y el país. El Frente de Izquierda, que en su momento supo capitalizar electoralmente una enorme bronca de la población con los partidos que tradicionalmente gobernaron la provincia y la llevaron a este cuadro de miseria, no ha podido superar el desafío de convertirse en un verdadero frente único que organice a la clase obrera y supere los limites estrictamente de un frente electoral.

Hoy está planteado superar este enfoque estrictamente parlamentario y desarrollar una fuerte intervención política para organizar a los trabajadores en los sindicatos, las barriadas y los lugares de estudio para que sean una referencia política independiente y sienten las bases de una futura estructuración política de los trabajadores.

Desde el Partido Obrero de Jujuy, parte de la tendencia nacional del PO, nos empeñaremos por la victoria de todas las luchas de los trabajadores y el desarrollo de un gran partido de la clase obrera para pelear por un gobierno de trabajadores, que acabe definitivamente con las penurias y el atraso histórico al que nos han sometido los gobiernos del capital.

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