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Alumnos de la escuela de magisterio de Ayotzinapa, en Guerrero, exigieron en transmisiones de radio la renuncia del presidente de México, Enrique Peña Nieto.
En tanto, grupos de católicos se pronunciaron en el DF por el fin de la violencia que azota al país.
Ayer, cerca de un centenar de estudiantes tomó el control de dos radiodifusoras en Chilpancingo, capital de Guerrero, para enviar mensajes con la exigencia de que aparezcan con vida sus 43 compañeros desaparecidos desde el pasado 26 de septiembre en hechos violentos en Iguala.
Los jóvenes denunciaron que las autoridades federales no están haciendo nada para encontrar con vida a sus compañeros, quienes, según la versión de la Fiscalía, fueron capturados por policías de los municipios de Iguala y Cocula y entregados a un grupo del crimen organizado, que los asesinó e incineró.
«Le quedan seis días al presidente Peña Nieto para presentar su renuncia al cargo porque así se lo está pidiendo el pueblo mexicano», afirmó uno de los jóvenes por radio, y añadió que «de lo contrario las movilizaciones en su contra crecerán en todo el país».
Los estudiantes de magisterio permanecieron una hora en las emisoras y al finalizar se retiraron a su escuela.
Por otra parte, los miembros de la Asamblea Nacional Popular (ANP) acordaron, en una reunión cerrada en la escuela de Ayotzinapa en la ciudad de Tixtla, continuar las manifestaciones para exigir la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos.
En el encuentro, representantes de más de 100 organizaciones sociales, sindicales y magisteriales acordaron convocar una manifestación nacional para el 1 de diciembre, en coincidencia con el segundo aniversario del inicio de la gestión de Peña Nieto.
Otra movilización fue programada para el 6 de diciembre, cuando se cumplen 100 años de la entrada a Ciudad de México del Ejército Libertador del Sur y de la División del Norte, dirigidos por Emiliano Zapata y Francisco Villa, respectivamente.
También ayer un grupo de 70 personas realizó una búsqueda de nuevas fosas clandestinas en la zona aledaña de Iguala a pedido de familiares de víctimas de la delincuencia organizada y localizó siete nuevas fosas con restos de personas asesinadas por el crimen organizado.
Este operativo fue encabezado por Julia Alonso Carbajal, coordinadora nacional de Ciencia Forense Ciudadana; Miguel Blanco, de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), y Tita Radilla, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de violaciones a los Derechos Humanos en México (Afaddem).
Paralelamente, en el DF, cientos de católicos recorrieron el centro de la ciudad y rezaron por la solución al caso de los 43 estudiantes de Guerrero, así como para poner fin a la violencia, informó la Arquidiócesis de México.
La marcha conmemoró el 87 aniversario del fusilamiento del sacerdote Miguel Agustín Pro, quien fue ejecutado en 1927 por el Gobierno mexicano acusado de participar en actos de sabotaje y terrorismo durante los años de la llamada Guerra Cristera (1926-1929).
«Estamos reunidos en nombre del Padre Pro para pedir a Dios por el fin de la violencia que actualmente azota al país, para pedir por la paz y por las víctimas que han desaparecido a causa de la impunidad del Gobierno», dijo el sacerdote José Luis Gonzalo Rosas, uno de los organizadores y promotor de la canonización de Agustín Pro.
