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Mussi ratificó su intención de presentarse como candidato a gobernador bonaerense

mussiEl intendente de Berazategui, Juan Patricio Mussi, ratificó sus intenciones de presentarse como candidato a gobernador pero aclaró que su postulación «estará al servicio del proyecto colectivo que lidera la presidenta Cristina» Fernández de Kirchner.

«Quiero ser gobernador pero tengo muy claro que formo parte de un proyecto colectivo que es el que lidera Cristina.

Si al Frente para la Victoria le sirve, bien. De lo contrario seguiré militando como intendente», señaló Mussi en una entrevista con Télam en su despacho de la comuna berazateguense.

 El jefe comunal de este distrito del sur del Conurbano bonaerense forma parte, a los 37 años, de una generación de políticos que se perfilan como el recambio generacional del kirchnerismo.

 Mussi llegó a la intendencia en 2010, tras la renuncia de su padre, Juan José, que dejó su cargo al frente del Ejecutivo comunal para asumir como secretario de Medio Ambiente de la Nación.

 Unos años después de hacerse cargo del municipio de forma interina, Juan Patricio ganó las elecciones del 2011 con más del 70% de los votos, y hoy sueña con proyectarse como un dirigente de peso en el distrito más importante del país.

 «El objetivo de mi vida siempre fue ser intendente de mi pueblo», aseguró Mussi, quien desde que tiene ocho años se nutrió de la experiencia política de su padre, que fue intendente del distrito en cuatro ocasiones.

 Por ese motivo, Mussi reconoció en la figura de su padre «al verdadero constructor de la identidad que hoy tienen los habitantes de Berazategui», partido que se escindió de Quilmes en la década de los ’60.

 «Desde que éramos chicos, los vecinos de Berazategui consumíamos en Quilmes, íbamos a sus comercios y salíamos a divertirnos en sus boliches. Mi viejo, con campañas de arraigo intentó revertir eso para construir una identidad entre la gente del partido», evocó.

 Y en ese sentido, el intendente agregó: «Se incentivó el crecimiento del comercio local porque genera trabajo a la gente del lugar y consumo».

 En cuanto al trasvasamiento generacional en la política, Mussi consideró que «no resulta casual que la posta que dejó un dirigente de más de 70 años en el distrito sea tomada por un tipo de 30 y pico o de 40».

 «¿Qué pasó en el medio? La década de los ’90, durante la cual el mensaje era alejate la política porque es una porquería. A mí me decían ‘déjate de joder ¿para que te vas a complicar si sos abogado?’, pero por suerte, con Néstor (Kirchner) eso cambió y para bien», resumió Mussi.

 Y aportó: «Con Néstor se recuperó la política, sobre todo para la juventud -y no solo para los del Frente para la Victoria- sino también para la juventud de otros partidos políticos que volvieron a activarse».

 Mussi sostuvo que, a diferencia de los años ’90, «ahora hay un montón de jóvenes que se quieren hacer cargo y ven la política como un lugar potable para la transformación».

En el marco de esta «relación a construir» entre las diferentes generaciones de peronistas, Mussi le pide a los jóvenes «llevarle confianza a los más grandes».

 «Los viejos peronistas tienen que saber que los que venimos no llegamos para destruirles la casa que ellos construyeron. Igual, hay que tener en claro la experiencia se adquiere gobernando», observó.

 En seguida citó un diálogo que ilustra el debate y amplía los orígenes de los prejuicios hacia los jóvenes que parten desde «los sectores más conservadores de la política».

 «Mucha gente es es conservadora. Cuando mi viejo fue convocado por la presidenta para ser secretario de Medio Ambiente, en la calle se escuchaba: ‘¿Qué vamos a hacer cuando se vaya Mussi? Y… está el hijo. Sí pero ¡no es lo mismo!'», recordó.

 Para luego ilustrar: «Necesité de un año de interinato para poder demostrarle a los vecinos que cuando asumí estaba listo para esta responsabilidad. Y después gané con el 72 por ciento de los votos».

 Cuando «El Pato» Mussi, -como lo llaman los cercanos- se refiere a la provincia de Buenos Aires lo hace con la mirada puesta en «el crecimiento de la producción en cada territorio».

 «Los intendentes bonaerenses tienen que trabajar en forma articulada para afrontar problemas estructurales. Hay lugares donde los pibes cumplen 18 años y no tienen proyección, entonces se mudan al Conurbano en busca de universidades y la posibilidad de trabajo», analizó.

 Ante esa problemática de creciente desarraigo que se genera, Mussi propuso «empezar a construir espacios de formación en los pueblos del interior de la provincia en los que se dicten carreras relacionadas con la actividad económica de esos lugares».

 «Si en San Pedro hay naranjas, tenemos que trabajar para que en unos años se pueda producir también allí el jugo, eso suma valor agregado a la producción y trabajo», explicó.

 Por último, no le esquivó al tema de la inseguridad, pero pidió encarar la cuestión «desde una perspectiva profunda que vaya más allá de los coyuntural».

 «La inseguridad existe pero debe discutirse de manera profunda. Decir que con más camaritas y patrulleros se resuelve algo es banalizar el tema. Hay que analizar en serio la estructura de la Policía bonaerense», puntualizó.

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