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Felício: «Si no hubieran existido las medidas que implementó Rousseff estaríamos en una brutal recesión»

felícioA dos días de las elecciones en Brasil, y en el final de una campaña electoral donde primaron los ataques y cuestionamientos a la política económica y social del Partido de los Trabajadores, Joao Felício, secretario de Relaciones Internacionales de la CUT, la mayor central sindical del país, defendió las medidas adoptadas por el gobierno y explicó que es necesario profundizarlas en un nuevo período.

A dos días de las elecciones en Brasil, y en el final de una campaña electoral donde primaron los ataques y cuestionamientos a la política económica y social del Partido de los Trabajadores, Joao Felício, secretario de Relaciones Internacionales de la CUT, la mayor central sindical del país, defendió las medidas adoptadas por el gobierno y explicó que es necesario profundizarlas en un nuevo período.

«Entre los ocho años de gobierno de Lula (da Silva) y los cuatro de Dilma (Rousseff) unas 30 millones de personas salieron de la pobreza absoluta y pasaron a tener dignidad y empezaron a consumir, eso explica porque Brasil está teniendo un crecimiento bajo y un desempleo bajo, que pareciera una contradicción, pero no lo es», explicó Felício a Télam.

 El dirigente, que también preside la Confederación Sindical Internacional (CSI), analizó la situación por la que la Central Unica de Trabajadores (CUT), que agrupa a más de 20 millones de afiliados, respalda la reelección de Rousseff, pese a defender su autonomía en la relación con el gobierno.

 Durante la entrevista, en el modesto pero enorme e histórico edificio de la CUT, cuna del PT, Felício explica que si Brasil creció menos en esta etapa que en anterior, con Lula, eso se debe a los aumentos de salario que hubo en estos años y a las políticas de distribución del ingreso.

 «Las obras que implementó el gobierno federal, y los programas como Mi Casa, Mi vida (créditos para construir viviendas) ayudó a tener crecimiento. Las políticas y que implementó la presidenta ayudaron al crecimiento económico, si no hubieran existido las medidas que implemento Rousseff estaríamos en una brutal recesión en Brasil», sintetizó.

 Entre los puntos por los que justifica un apoyo a un nuevo período del PT menciona la sanción de leyes contra la discriminación a la mujer y por raza, el aumento de salario mínimo, un nivel de desempleo siempre bajo, la distribución del ingreso y fundamentalmente, la formalización del empleo doméstico porque «en Brasil son más de seis millones de personas, en su mayoría de mujeres que hoy tienen reconocimiento legal y derechos y que entraron a la economía formal».

 Felício aclara, que el desafío en otro período del PT será el de ampliar la relación regional con América latina en cuanto a productos y «la profundización de las políticas sociales, y de una política externa soberana e independiente de Estados Unidos y de Europa».

 «No a los Tratado de Libre Comercio, lo que pedimos es más integración en América latina. Todo sucede por los bloques económicos y no por los países. Nosotros apoyamos a Mercosur, a la Unasur y presionamos a que el gobierno avance mas en ese sentido», remarcó.

 En esa línea recordó que el resto de los principales candidatos por la presidencia, Marina Silva (Partido Socialista Brasileño) y Aècio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña) no quieren ni a Unasur ni Mercosur.

 «Cualquier cosa que hablamos donde incluimos la idea de participación popular ya nos dicen ‘bolivarianos’ y la verdad, es que comparando la distribución del ingreso entre esos gobiernos y gobiernos previos neoliberales, yo me quedo con Chávez, y cuando lo digo, les sale el odio de clase», relató.

 «En San Pablo hay un desprecio de clase, el PT gana en los barrios periféricos de San Pablo y donde pierde es en los barrios más centrales y ricos. Hay una clase muy prejuiciosa y con odio de clase que existe», señaló.

 El dirigente comentó además que la semana pasada la CUT junto con el MST (Movimiento Sin Tierra) y movimientos populares organizaron un plebiscito popular donde participaron más de siete millones de personas para determinar por el avance o no de la Reforma Polìtica, rechazada en el Congreso.

 «Principalmente interesa el punto que pide acabar con la donación de privados para las campañas. Queremos que todos tengan los mismos derechos en el proceso electoral y también la democratización de los medios de comunicación, esos son los dos puntos más urgentes», explicó.

 Al ser consultado por las multitudinarias protestas de junio del año pasado que pusieron al gobierno de Rousseff en un aprieto antes del Mundial, Felicio opinó que se trató de un reclamo que surgió espontáneamente pero que también «las empresas tomaron para canalizar en los movimientos una oposición al gobierno».

 «Las demandas por mejores servicios públicos estaban bien. El que mejoró su situación es normal que quiera más y en eso estamos de acuerdo, pero no soy ingenuo ni bobo y lo que ocurrió fue utilizado por la clase media alta», repasó.

 En ese marco, explicó que fue una protesta utilizada por la empresa para atacar al gobierno porque la responsabilidad de la escuela pública en Brasil la tiene cada municipio y no se canalizó en la educación o salud de cada estado, sino que «todo fue al gobierno federal».

 «América latina está llena de ejemplos de estimuladores y provocadores externos, porque de otra forma, la empresa brasilera no tendría tanto apoyo. Con el Mundial pasó lo mismo, era todo una porquería,y cuando todo funcionó perfecto, se les cayó la máscara. El único problema del Mundial fue la selección brasileña que perdió así», bromeó.

 La CUT, fundada hace más de 30 años, tiene una historia que la ubica en un lugar destacado en el mundo, «ahora hay un espacio sindical en la sociedad y el movimiento sindical es respetado como un sector importante por la sociedad y por el estado», dijo en ese sentido.

 «Desde la CUT ayudamos a construir movimiento sindical internacional, ayudamos a construir la CSI y la CSA (Confederación Sindical de las Américas) logramos una relación internacional positiva», reflexionó el dirigente que compone una pieza clave en la historia sindical del movimiento.

 «De 12 años para acá somos actores de la construcción de este nuevo Brasil, el propio Lula reconoce eso, somos protagonistas del proceso de democratización del país, de derribar la dictadura, de luchar por la revalorización del salario y la distribución de la renta», sintetizó.

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