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Eduardo Alderete no cree que la sangre llegue al río en el Partido Justicialista de Jujuy, de cara a las próximas elecciones. “No es criterioso ni inteligente estirar del todo la cuerda”, dijo a El Submarino en relación a las diferencias entre el gobernador Eduardo Fellner, el vicegobernador Guillermo Jenefes y el diputado nacional Rubén Rivarola. “Uno tiene que ser medido en lo que dice, no vaya a ser que uno diga ‘me voy a mi casa’ y un día lo encuentren tomando mate en el partido conmigo”, advirtió.
‒¿Cómo está el Partido Justicialista de cara a las elecciones? Se habla de peleas entre Fellner, Rivarola y Jenefes, está el posible adelantamiento de los comicios, los precandidatos a presidente del FPV…
‒Hay cosas que voy a decir a título personal y otras que son obvias. El presidente del partido a nivel nacional tiene que recibir a todos los candidatos, eso no lo podemos discutir. Y en ese marco, debe respetar la voluntad de la Presidenta de la República. No estamos descubriendo la pólvora; aquí han venido precandidatos como (Julián) Domínguez, como Aníbal Fernández, (Sergio) Urribarri, y los hemos recibido con el afecto que los compañeros se merecen. También ha venido el hermano de Daniel Scioli, y el recibimiento fue el mismo. Eso se va a reiterar cuando nos visite Daniel Scioli en El Carmen, en una visita que tiene sus connotaciones.
‒¿Por qué?
‒En realidad, el cronograma de Scioli para el domingo era esperar los resultados de Salta, y si uno de los candidatos, el actual gobernador (Juan Manuel) Urtubey resulta victorioso, estar junto a él a la noche para la fotografía, que es una clásico de la política argentina. En el medio de eso creo que habló con Eduardo (Fellner), y le dijo que podía aprovechar para visitarlo aunque sea brevemente. Entonces se estableció que llegue al mediodía, almuerce con los compañeros, donde van a estar intendentes, comisionados municipales, legisladores y algunos dirigentes de la organicidad del PJ, que luego descanse en la ciudad de Perico y después espere los resultados. Así le será mucho más cómodo viajar a Salta. Seguramente la visita que haga después de las PASO va a tener otra connotación, porque nosotros creemos que Scioli va a ser el candidato de Frente Para la Victoria.
‒¿Es una expresión de deseos?
‒Es una opinión, que no tiene nada que ver con lo que puede pasar en la realidad.
‒¿Qué puede decir sobre el rumor de la pelea entre Fellner, Rivarola y Jenefes?
‒Yo no opino, yo tengo elementos. El Gobernador, en el discurso ante la Legislatura, agradeció la lealtad y colaboración del vicegobernador. Entonces, todo lo que se puede rumorear pertenece ‒hasta hoy, y después de haber escuchado las palabras del Gobernador‒, al folclore político de un año electoral. Sobre Rubén Rivarola, yo siempre que he hablado con él he visto una predisposición al diálogo, más allá de que las posturas no sean similares. También creo que en política nadie se suicida. Pero yo no sé si hay diferencia en algún tema en especial; yo no hago política al estilo Rial. Siempre creo, aunque a veces los resultados sean otros, que los compañeros en un año electoral como este no solo tienen que tener preocupación sino que tienen que tener conciencia. Entonces me parece que no es criterioso ni inteligente estirar del todo la cuerda. Como son hombres de la política que tienen sus experiencias, que han sido generosamente distinguidos con cargos por nuestro movimiento, yo no creo que la sangre llegue al río.
‒¿Qué lo hace ser optimista?
‒Hace unos días terminamos de escuchar el apoyo de un hombre como José Luis Martiarena, que sin ningún tipo de exigencia ni condicionamientos le ha brindado el apoyo al Gobernador y presidente del partido. Es decir que cuando uno se sienta a hablar, prima la razonabilidad. Eduardo no es un hombre de cortar alambrados ni forzar situaciones. Si yo tengo un auto y lo quiero vender a 10 pesos, pero vos me querés dar siete, terminamos arreglando por 8,50, ¿Se entiende?
‒Perfectamente.
‒Todos ellos le deben lealtad al peronismo por todo lo que el peronismo les ha dado. Cuando se hace un análisis, y uno no es un soberbio, se ve que muchos de nosotros le debemos más al peronismo que lo que nos debe el peronismo a nosotros. Y algunos, o la mayoría, tienen una connotación que yo le digo, sin vergüenza, que le debemos en el afecto, en la pertenencia, pero también en la plata. Porque no sé si algunos habrán sacado el rédito económico ‒y repito: económico‒ que le dio acercarse al peronismo. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga. Pero creo que todas las posiciones son válidas, y hay que dirimir posiciones. Yo no me enojo cuando veo entrar a un compañero al área con los codos abiertos, porque esto es política y no un jardín de infantes. Pero confío en el criterio y razonabilidad de todos ellos.
‒Hay quienes interpretaron el agradecimiento de Fellner hacia Jenefes como una despedida.
‒Yo a lo mejor estoy lejos de todo este cambio y los aprecio a todos, no tomo parte de la situación, porque no creo que la situación sea tan grande como para darle entidad. Eduardo no es un tipo que vaya a decirle a nadie “váyase a su casa”. Tampoco creo que nadie tenga ganas de irse a su casa, porque son hombres de la política y saben que en algún momento van a coincidir y a ponerse de acuerdo y sopesar las cosas. Esto no hay que cortarlo con frases, porque hay un lugar del que no se regresa y es del ridículo. Entonces uno tiene que ser medido en lo que dice, no vaya a ser que uno diga “me voy a mi casa” y un día te encuentren tomando mate en el partido conmigo. Yo he visto en momentos difíciles que los compañeros han sido criteriosos y han arrimado posiciones. Y los que así no lo hicieron ‒y no voy a hablar de nadie en particular‒ hoy están fuera del partido.
‒Entonces cree que entre Fellner y Jenefes está todo bien.
‒Más allá de los dimes y diretes, son hombres que tienen una posición política y económica. Y reitero: política y económica. Ya van a alcanzar las coincidencias. El Gobernador en eso suele ser muy reservado. Hablando sobre la visita de Scioli, se le ha preguntado hasta cuándo vamos a bailar el minué con esto de los apoyos a los precandidatos, por la equidistancia que él debe tener como presidente del partido en el orden nacional. Él es un tipo de sugerir, no de indicar. O sea que conociendo a los compañeros, creo que va a haber coincidencia, como la que hubo con Martiarena y como las que va a haber con un importante dirigente del interior de la provincia con quien estamos charlando.
‒¿Es verdad que Martiarena va a ser candidato a intendente del peronismo?
‒Yo digo que la voluntad es tener coincidencia, que la voluntad del presidente del partido es hablar con todos aquellos que quieran hablar. En el acta del último congreso se dejó abierta la posibilidad de una amnistía. Hay que recordar la lucha política de dos hombres de la talla de Ricardo Balbín y Juan Perón, y la forma en que Balbín lo despidió a Perón cuando falleció. Es decir, la política no es Disney. Van a pasar cosas que a algunos les van a parecer bien y a otros no, pero a mí me parecería que si Humberto Martiarena se llegase a enterar de que su hijo está trabajando para un partido oposito, me parece que a muchos no les gustaría. Los pequeños detalles hay que superarlos con grandeza.
‒¿A qué importante dirigente del interior de la provincia se refirió antes?
‒No voy a dar nombres, pero hemos escuchado sus razonables quejas, hemos escuchado su voluntad de volver y se tendrá que sentar el gobernador a hablar con este dirigente y con otros, y acercar posiciones.
